Las orquídeas siempre fueron unas de las plantas mas admiradas y apreciadas  desde hace muchos siglos y por las distintas civilizaciones. Se sabe que los chinos, en la Antigüedad, cultivaron algunas especies. Hoy la familia de las orquídeas tienen alrededor de 20.000 especies.

Son plantas que pueden crecer en las ramas de otros árboles o en la tierra con pseudobulbos rodeados de hojas alargadas de forma lineal o lanceoladas, y varas colgantes o erectas que caen en racimo. Las flores son grandes, coloreadas, jaspeadas o punteadas. Las raíces son gruesas, verdosas o amarillentas.

Son especies delicadas. Necesitan mucha luz para florecer, pero deben estar protegidas de los rayos del sol para evitar quemaduras en las hojas. Y aunque en general son bastante resistentes al frío, conviene plantarlas en lugares, a salvo de las heladas. La temperatura máxima deberá oscilar los 30°. Y no se debe descuidar la humedad, que deberá incrementarse a medida que sube la temperatura.

Por sus flores grandes y muy vistosas, las orquídeas se cultivan como planta de interior o en exterior, en lugares cálidos. Para obtener un optimo crecimiento y fluoración, es necesario tener una iluminación. La luz debe ser brillante, aproximadamente de un ochenta por ciento de la luz ambiente. Un indicador para saber si esta recibiendo una buena iluminación es que las hojas tienen que estar erectas y tener un color verde oliva. Si las hojas están oscurecidas, entonces, necesita más luz.

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